lunes, 28 de octubre de 2013

POETA ALEJANDRA SOLORZANO (GUATEMALA - COSTA RICA)

Alejandra Solórzano. 


















El retorno es un espejo borroso Malitzín,
una siempreviva petrificada,
un viento preso.

El regreso acá implica la infertilidad de la calma,
la lluvia del silencio,
el murmullo de dioses atormentados,
las ciénagas del terror en que todos mojamos los pies.

Una ciénaga que no seca.
Somos dueños aún de esta tierra,
somos los pájaros del insomnio
y el pasado nos dice
que no hemos terminado de regresar.

Para  entender esta condición,
veo tus ojos y los de tu niña. 
Nunca nos hablaron Malitzín,
de lo que significaba el regreso,
porque nunca acabábamos de cruzar tus ojos,
ni los de tu niña.
                                        Quizá nunca salimos.
                                        Quizá nunca llegamos.
                                        Quizá nunca regresamos. 

Incluso ahora,
dentro de las paredes de la casa Malitzín,
buscamos huir igual que de nosotras,
                                          -o al menos así lo sentíamos-
fundirnos hacinadas,
cuerpo a cuerpo,
vientre a vientre,
garganta a garganta cuando el frío nos viste
 con lo único que tiene,
cuando las estrellas no nos revelan sus signos.

Adoramos al tiempo,
aunque a veces se muestre incomprensible
Malitzín,
aunque a veces navegue
 sin ancla por nuestra memoria.
Aunque no conozcamos ya nuestros nombres,
pero sí el signo de la que mira en nosotras.




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